domingo, 18 de diciembre de 2022

EL SUEÑO ES VIGILIA



Los textos de El sueño es vigilia fueron encontrados entre los papeles dispersos que Cecilia Taboada dejó inconclusos o terminados, pero de ninguna manera clasificados u ordenados de manera que indicaran pistas de alguna posible publicación. Los poemas  fueron descartados en el momento de la publicación de Alimentar a las moscas, por expreso ordenamiento y esquematización de Cecilia, libro que ella no alcanzó a ver publicado. En este último caso, había organizado la estructura por ejes temáticos, descartando los poemas por no considerarlos maduros ni suficientemente trabajados. Siempre fue muy estricta con su obra escrita, y puedo decir, por propia experiencia, que lo fue con casi todo en su corta vida. La frustración ante el fracaso continuo al que sentía estaba expuesta, le hacía corregir una y otra vez sus textos.

En esta edición, se reincorporan los poemas descartados, intercalados con relatos en prosa poética concluidos o que podrían considerarse terminados, y que presentan cierta  similitud estilística o argumental con los poemas.

     Quedan muchos papeles a ordenar y clasificar, también muchas carpetas sin abrir todavía, atados con el hilo sisal que decía era el mejor para evitar que los folios, desbordados, se desparramaran, dejando múltiples textos, sobre todo de prosa, entre los que hay cuentos, artículos y ensayos, y hasta una extensa novela fantástica . Su mente era brillante, y ella lo sabía, claro, por eso escribía, pero su virtud estaba en dejar entrever su dolor constante, el de su cuerpo y el de su alma, solo a unos pocos. Cecilia era un misterio que se revela en cada página, contradictoria, imaginativa, terriblemente aguda y filosa siempre, desencantada y apocalíptica en muchas ocasiones. Eso es lo que resultará de su lectura para quienes aún no la conocen, o la conocen poco, que son la mayoría de los interesados en la poesía. 

      Cecilia no dormía nunca, porque incluso soñando estaba despierta. Por eso el título de estos poemas tan extraños.

                                                                         

                                                                        Ilustración: "Chaudron de la sorciere" de Odilon Redon


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