domingo, 8 de octubre de 2023

"'Los Casas", por Luis Pestarini

 18 de Junio de 2005


Una sorpresa muy agradable ha resultado la lectura de Los Casas, de Ricardo G. Curci. Cada uno de los cuentos ofrece una historia inquietante, lograda a partir de una economía de recursos y una sencillez de escritura casi apacible que hace más potente lo siniestro encerrado en ella. Con trazos definidos, con descripciones precisas, sin alarde de truculencia ni complacencia en cataratas de palabras, los personajes de cada relato se ven tocados por algo maligno latente, ya sea en una casa, un animal, un artefacto, sus propias o ajenas naturalezas; un mal a la espera del momento preciso para develarse y desencadenar la tragedia. Sin pretender realizar comparaciones odiosas, los cuentos de Curci recuerdan a Horacio Quiroga en ese enfoque de una realidad cotidiana que, de repente, decideabrir un pliegue anómalo y malévolo como demostración de las muchas capasque la componen. Cuando eso ocurre, nada puede volver a verse como se veía,y lo normal pasa a ser máscara engañosa de algo tenebroso y cruel que espera por su presa y de lo que no se puede escapar. El atractivo de Los Casas va más allá de sus cuentos tomados separadamente. En un despliegue sutil, sin alterar la identidad de cada historia, ese barrio insinuado en las afueras de La Plata, los personajes que lo habitan y sus descendientes, reaparecen en otras historias; a veces como víctimas, otras como victimarios; a veces como aliados, otras como enemigos; a veces como protagonistas de lo siniestro, otras como espectadores. Así, la casa del primer cuento, "La construcción", será también escenario maldito en "Los vientos" y "Los fugitivos"; los gemelos de"Sustitutos" volverán como enemigos en "Domingos", Gustavo Valverde, protagonista en "Las criaturas", protagonizará también "La invasión" y "El farmacéutico". Si en cada relato lo maligno despliega una cara, el conjunto de relatos muestra lo ominoso extendido silencioso y fatalmente, como si cada cuento fuera un nudo, y los diecinueve cuentos la tela de una araña. Como obra primera, no queda más que esperar que Curci continúe en el camino de la escritura, explotando esa fina sensibilidad para el sutil límite entre lo fantástico y lo horroroso que puede deparar el suburbio más anodino y los personajes más anónimos. 

LUIS PESTARINI (Director de Revista "Cuasar")

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