Que un Dios se pase tres días en una cruz a cambio de toda una vida de felicidad eterna y de dominio del universo es un servicio que cualquiera estaría encantado de realizar en los mismos términos.
Ilustración: Abraham Janssens
La señorita Julia, como la llamaban sus compañeros de oficina, llevaba más de un mes sin dormir, lo cual empezaba a dejarle huellas. Las mej...
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