sábado, 11 de mayo de 2024

Hombre - Mujer

 


 

 

 1

 

 

aire helado

que manos tibias

piernas y muslos

                            antiguos

de mujeres

han provocado

                        esparcido por el mundo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

2

 

 

un fauno

             macho cabrío

habla a las mujeres

como si lamiese sus senos

 

ellas lo miran

                     cautelosas

se preguntan si esos labios

                    han besado antes

                    el sexo de los dioses

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


3

 

 

el martillo cuelga de la pared

apoya un clavo sobre 

el hueso frontal del cráneo

ve cómo brotan los pensamientos

 

la semilla materna

habla

con el dolor de las espinas

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

4

 

 

con ayuda del opio

conduzco a los hombres a tu cuerpo

 

yo, que sólo tengo

una vena perforada de heroína

llevo hombres a tu cuerpo

para que me hablen del sabor

de tus seis labios

                   dos para el cigarrillo

                   cuatro para el sexo

 

sin más que cocaína en la saliva

escucho los gemidos en las bocas de esos hombres

fuentes de morfina

que usás para olvidarme

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

5

 

 

como al caer

de un tren en movimiento

                     pueden perderse las piernas

                     y el recuerdo del alma

 

en el noveno mes

del embarazo de tu madre

                pierdes el alma

                aunque ganes un cuerpo

  

 

 

 

                                                            

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


6

 

 

la niña camina

entre ladridos de perros viejos

y manchas de sangre en los árboles

la esperan ventanas y puertas abiertas

 

ella piensa en las hachas del galpón

en las heridas que gritan como bisagras oxidadas

aplasta ciruelas entre sus manos

y se limpia en las caderas

 

ella camina hacia la casa

al abrazo vertical entre los muslos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

7

 

 

dicen que las mujeres tienen más fuerza que los hombres

levantan autos si sus hijos son aplastados

detienen proyectiles en la calle o en la guerra

pero son sólo sueños

 

las mujeres no mienten

con las palabras mezquinas de los hombres

ellas lastiman si deben hacerlo

sus ojos son luces que miran

ese horizonte lánguido

y dulcificado por temores inciertos

 

tienen miedo

por eso no conocen la piedad

lo que saben del pasado

las asusta como si viesen el futuro

 

las mujeres se niegan a decir

a los hombres y a sus hijos

qué hay más allá de la ignorancia

eso es piedad, quizá

pero también orgullo y egoísmo

fragmentos arrancados al amor

 

 

 

 

 

 

 

 


8

 

 

un hombre es de carne

devora huesos para alimentar un cuerpo que se expande

sus hijos son de carne con pieles de sal de infancia

cuerpos que nacen del mar goteando agua y espuma

arena arrebatada por el viento

que los cubre como gusanos

 

el hombre no comprende el futuro

añora el pasado y ama el pensamiento

es capaz de matar

-sabe que todo es carne-

para conservar a las mujeres y sus cuerpos

a los niños en un puño que se abre

con los olores de un muelle:

                        sal y sangre

                        

un hombre adora todo esto

tanto como alaba a Dios

por morir atravesado con clavos

 

 

 

 

 

 

 

 


9

 

 

mujer que se esconde en palabras sobre la mesa de la cocina

entre reproducciones de cuadros del barroco

tejiendo, hablando, mirando sorteos de viajes al caribe

ella viaja a la luna en sus sueños de corazones de cristo

en fúnebres retazos de iglesias arrancadas domingo por medio

sube y baja las escaleras que retumban en sus piernas

con remedios para el reuma, la depresión

 

el arbitraje de un psicólogo para sus peleas maritales

mortales, inconclusas antes y después de su creación

vidas pasadas de próximos años

 

a los cuarenta lo que empezó a los treinta

a los sesenta lo que descubrió a los cuarenta

apología en el sinrazón vestigio del sentimiento

 

camuflarse con congojas y lágrimas ya no es útil

ni los ojos nublados o el alcohol o las drogas que intentaron

mantener esbelto un cuerpo que se escapa de las manos

de la voluntad y los designios de las otras caras

 

hijos que no son proyectos ni partes del propio cuerpo

desconocidos miembros surgidos un año ya olvidado

nadie recuerda las caras si no es por fotos bajo vidrios de una mesa

 

encontrar razones de peso para continuar cargando

fardos y bolsas de semillas, alimentos desde mercados

hacia cocinas y sartenes que repiten la misma preparación

cada día en que el sol se levanta al ritmo de las persianas

cremas dentales con sabores diferentes, eso es algo, por lo menos

el sabor a menta y luego también el café

calurosos días de verano, mañana con lluvias y humedad

transpiración en la cama y dolores nocturnos

 

al final de todo el cansancio, resentimiento

y por encima la vital sensación del miedo

que impulsa a abrir los párpados con renovada fuerza

el miedo a terminar odiando lo que habíamos amado

 

 

 Ilustración: Jack Vettriano

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