1
qué ratifica el sentido
de una noche de invierno
bajo un pino congelado
qué cruje qué silba qué cae
para indicar un movimiento
más allá aún del miedo más temido
está la calma viscosa
sin pausa
pero esa nada rectifica sus señales
como quien articula sílabas contra un vendaval
cornejas que cantan al caer la noche
peces saltando en el lago
cuando los pescadores retiran las cañas
y los motores escupen polvo y despedidas
de los labios que te pronuncian
surge el día después de la noche
del silencio nace el sudor de dioses
para crear mundos desde la calma de los pozos
que arrastran tiempo y sitios perdidos
cadáveres colgando con el viento que los mece
así como se mece el vacío de un ánfora
después de su ruptura
el cuerpo es materia, luego larvas
y más tarde tierra que otro hombre traga cuando nace
el aire es agua
es nada si se mira, es todo si se exhala
cuerpo que alguien llevará hasta el límite exacto
donde no existe el sonido de la palabra
ni el consuelo de pronunciarla
2
hay varias formas de entender
el ladrido de un perro:
su origen, instinto primordial
llegado de esferas, planos ancestrales
desde bosques ocultos tras siglos de polvo
su intensidad, fuerza
que acredita el grado de estima a quien ladra
o la furia, la muerte en su boca
símil quebradizo de la alta noche de los polos
aliento de cortezas húmedas
viento del desierto donde aúllan
los abuelos del perro antes manso
que hoy invade la casa con patas embarradas
y sangre en los colmillos
su tono, plañidero
como campanadas entre hojas secas
engañando a su presa:
su dueño acorralado entre las piedras y el arroyo
frente al perro que crió, alimentó
acarició sobre las mantas de su cama
el animal que no lo reconoce
o tal vez sí
por eso gruñe y ladra
como único
último signo de piedad
3
el que habla más de lo que sus acciones dicen
se expone al escarnio de los profetas de la vida
noches ávidas de movimiento
días habitados de manos con gestos
corriendo de un cuarto al otro del edificio del mundo
el que habla menos de lo que actúa
se expone al escarnio de los defensores del discurso
creadores de ideas, esquemas encuadrados en paráfrasis
luego hipótesis, dogmas finales
incorruptibles, indemnes a la comprobación o al error
pero ambas posiciones niegan
del pensamiento su origen
que nace y muere antes del sonido
qué es, sino, eso que llega en noches insomnes
extraño y sin sentido, apenas perceptible
como un chirrido o un roce en los oídos
cuando miramos la luna el último día de diciembre
4
el que habla como un niño
preserva el origen de la primera palabra:
el llanto del viejo antes de la muerte
el grito del hombre después de matar
esquemas invertidos como la superficie de un lago
peleando por ganar la mente del hombre
que inventa signos para objetos
llovidos del cielo o surgidos de la tierra
no las manos ni el pensamiento
sino algo primordial
escurridizo como las moscas del instinto
y tan solitario como un dios que ha olvidado
su propio nombre
5
palabras como piedras en oídos vírgenes
aceite hirviendo al fuego de batallas-discursos
escuchar y mover los ojos hacia quienes dicen
sentencian, declaman
perpetran crímenes verbales
se levantan del lecho de la muerte
y continúan hablando
miran por las ventanas mientras siguen el camino de la calle
palabras que cantan himnos de verbos
como hojas perdidas de la bolsa de un jardinero
y arrastradas por el tiempo hecho tormenta de verano
olvidado el estío al otoño siguiente
estaciones que el mismo Dios tiende a olvidar
el silencio es la primavera de las palabras
viento fresco que obliga a cerrar la ventana
para que las ideas no se borren
silencio es palabra al fin
muda, murmurada quizá
escrita con los dedos
en el polvo del ruido
6
la sombra de las cosas entre los cuerpos
maniobras de la luz sobre la superficie de las cosas
como el dolor de una piedra contra la frente
letras encadenadas que construyen
amplios edificios de pisos vacíos
donde un único portero
repite siempre la misma palabra
el lenguaje como un arma blanca
que corta los tendones de la realidad
y cose a su gusto las cuerdas
de un nuevo juicio
7
las cosas reclaman sus nombres
se esfuman sin una mirada
los sentidos las forman
el pensamiento les da significado
procrean familias de miembros sumisos
o se rebelan a la mano del hombre
-así como el hombre a veces se niega a su Dios-
pero las cosas tienen miedo
abrazan al hacedor
saben que al morir su padre
la materia que sobrevive es alimento del tiempo
y sus nombres sustancia para el olvido
8
quién puede decir que el sentimiento
sea algo más que una palabra creciendo bajo la piel
en sinapsis que llevan conceptos
hacia terminaciones nerviosas de mejillas y bocas
donde nacen frases de amor exhalado con el aroma de la menta
o de odio con
aliento amoniacal
y la respuesta del otro provoca más sinapsis
nuevas digresiones del sentimiento explorado
que claman como una radio encendida y abandonada
en un cuarto con objetos cubiertos de polvo
quién dice que el corazón humano
no es más que un libro abierto desde su lomo
de las
arterias rotas
las palabras fluyen como sangre
9
cuando hablamos del orden y del caos
de cuál de los dos surgió primero
olvidamos considerar que el músculo
-partes blandas de cambio constante
células que nacen y mueren en órdenes aleatorios-
rodea al casi eterno hueso
a veces ese centro se expande
e incorpora elementos del caos
se comporta como un cazador de niños
que crecen en su nueva inmovilidad
hombres viejos atrapados en el tiempo
el orden es sólo un tiempo de aparente calma
doloroso como todo lo que nace del antiguo hueso
aire frío soplando en los pasillos
10
el revés de las cosas
entraña su contrario
y el inverso es a veces el derecho:
el
mundo es un círculo con un radio
que ocupa
poco más de tres partes de su perímetro
más un
resto, residuo algebraico o error del pensamiento
cuyo
número infinito es una grieta en la esfera
por la
cual penetra lo arbitrario
juego
de espejos libre de la lógica
principio de destrucción
contrario al orden
de las cosas
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